Rusia, EEUU y el coltán…!!!

28 Mar, 2019 – No que haya trabajado “PARA los “americanos”.  La preposición correcta sería “CON” los “americanos”.   Trabajé CON los “americanos” desde el 24 de agosto de 1972, hasta el final de la “Guerra Fría”, alrededor de 1991… es decir: unos 19 años. ¡Qué no habré visto!  Si alguien conoce a los “americanos”, es éste que les está escribiendo hoy.  No que sean ni buenos ni malos, ojo.  Los “americanos”: ¡son “americanos”!

¿Por qué pongo “americanos” entre comillas?  Porque no quiero pecar de llamar a los ciudadanos de Estados Unidos de Américas “americanos”, cuando todos los ciudadanos de este continente: ¡somos AMERICANOS!  Entonces: ¿serán estadounidenses?  ¡Tampoco!  Los mexicanos son ciudadanos de Los Estados Unidos de México, así que también los cuates son “estadounidenses”, como fueron los venezolanos cuando eran ciudadanos de Los Estados Unidos de Venezuela.  ¡En fin!  Jaime Bayly diría que soy demasiado “exquicito” y tal vez tenga razón.

Lo cierto es que conozco a los “americanos” por su cagada.  Los huelo… borracho y acabado de levantarme; luego de una “noche de copas”, sé cómo van a proceder.  ¡Fueron 19 años!  Juancito Trucupey nació en 1983, por lo tanto tiene 36 años.  Cuando él tenía 17 añitos, yo comencé a bregar con los “americanos”.  Pero más allá de 1991, seguí en contacto – MUY DIRECTO – con los “americanos”, aunque no de manera cotidiana.

Los “americanos”, déjenme decirles, no son ninguna lumbrera.  En 1985 publiqué una novela titulada “Los Generales de Castro”, donde expongo las “deficiencias” de los “americanos”: ¡que son muchas!  De todos los países que conozco, que son casi todos, no viviría en ningún otro lugar que no fuera en Estados Unidos de América… y lo digo para que no se vayan a hacer una idea equivocada.  Ya me cansé de estar viviendo en países del llamado “Tercer Mundo”, como Venezuela… por ejemplo.  El día en que EE.UU. se convierta al socialismo – algo que sería muy factible –  me afiliaré al partido socialista: ¡si es que estoy vivo!

Pero los “americanos”, a pesar de no ser una lumbrera: ¡no son pendejos!  ¡Los rusos menos!   Mi gran conflicto es que DETESTO AL COMUNISMO, pero si por conveniencia hubiera sido, hace rato me hubiera inscrito en el partido comunista y me hubiera asimilado a los rusos… quienes, todavía – en el fondo – ¡son comunistas!

Los rusos “les llevan una morena” a los “americanos”, pero perdieron mucho tiempo con el cuentos del marxismo-leninismo.   Cuando los “americanos” van, ya los rusos están de regreso mil millones de veces.  Eso lo aprendí, entre muchas otras cosas, durante mis 19 años CON los “americanos“.  Por ejemplo, en la inmensa mayoría de los casos, los “americanos” respetan las normas, las leyes… los convenios: ¡los rusos jamás!  EE.UU. podría estar esperando (sentado) a que la asamblea invoque el numeral 11 del Art. 187 de La Bicha: ¡los rusos se limpiaron con ese artículo… y con su numeral: ¡e intervinieron militarmente en Venezuela!

Bien.  Entonces tenemos el tema del COLTÁN.   El fulano coltán, en sí,  no sirve para un carajo.  Se trata de un mineral metálico y negro, compuesto – a su vez – por dos minerales: el columbita y el tantalita.  El columbita NO SIRVE PARA UN CARAJO: ¡pero el tantalita, sí!

El tantalita se utiliza en todos los celulares del planeta Tierra… en las computadoras.  Gracias a la tantalita, las baterías de esos artefactos se convirtieron en miniatura.  Vamos a decir que el petróleo, al lado de la tantalita, es “excremento de mono viejo”.

Hasta ahora, el 80% del coltán, que contiene tantalita, se encuentra en la República Democrática del Congo… y en el proceso de controlar ese mineral, ya han muerto entre 3 y 6 millones de seres humanos…. en lo que se conoce como “La Guerra del Coltán“.

Son pocos los países que tienen coltán, es decir: tantalita.  Venezuela parece ser es uno de ellos.

 

 

No sé qué le pasó por la mente al Creador cuando creó a Venezuela.  Le dio de todo.  Unas playas espectaculares; le dio nieve, montañas, desiertos… las mujeres más bellas del universo: ¡de todo!  También la llenó de petróleo, oro, diamantes, hierro, bauxita, uranio: ¡y de coltán!

No se sabe, a ciencia cierta, cuánto coltán tiene Venezuela… ni la proporción de tantalita que se encuentra en ese mineral venezolano, pero se cree que pudiera ser MUCHO… “ahí está el detalle”, como hubiera dicho Cantinflas.  Los “entendidos” hablan de unas reservas que están por el orden de los 100mil millones de dólares.  ¡Na’guará!

Entonces llegó Trump a la Casa Blanca, de quien muchos aseguran que le falta un tornillo… ¡pero que de pendejo no tiene nada!

Conocí a Donald cuando era farandulero.  Una vez cené con él en Nueva York… y me pareció un torombolo.  Eso no quiere decir que no tuviera cerebro.  Trump, como la mayoría de los “tycoons”, no pareciera saber un carajo, pero se sabe asesorar.  Conversar con él era como conversar con uno de los palafreneros colombianos de mi caballeriza del Hatillo.  Si le hubiera preguntado por Juan Vicente Gómez, seguro me hubiera respondido que a él nunca le gustó la música mexicana.

Pero al llegar a la Casa Blanca, Trump – como buen “tycoon” – se hizo asesorar.  No creo que la pegó con Pence, Pompeo, Abráms y Bolton, pero sí con los que conocen de minerales… whom ever they are.

Entonces se toparon con Juancito Trucupey.  Si yo estuviera prestando mis servicios para los “americanos”, me hubiera hartado de información.  Hubiera averiguado cuántas “pepitas” tiene Juancito “allá abajo”, donde el sol no le pega.  Les hubiera enviado a los “americanos” un dossier más voluminoso que la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento incluidos.  Estoy seguro que alguien les habrá informado, tal y como lo hubiera hecho yo.

Juancito Trucupey pertenece a una fracción que quiere una cuota importante de poder.  Pertenece a eso que ahora llaman “chavismo originario” (o “chavismo disidente”) y se enfrenta a la otra fracción de la tiranía venezolana: “el madurismo”.  Por otro lado, Trump podría estar detrás del control del coltán, es decir: de la tantalita.  Pero hay un “pequeño” problema: ¡los rusos también quieren esa vaina!

Para no complicar la explicación, todo podríamos resumirlo de la siguiente manera.  Trump le dice a Guaidó que él lo ayuda a montarse en el “coroto”, a cambio de permitir que EE.UU., controle la tantalita que, supuestamente, se encuentra en el coltán venezolano… pero los Castro, por su lado, les están diciendo a los rusos lo mismo.  Si nos ayudan a seguir chupándole la teta a Venezuela: ¡todo el coltán que Uds. encuentren, será de Uds.!  Trump ha dicho que él está dispuesto a llamar a la guerra para liberar otros países, pero a cambio de “algo”:

 

 

No vayamos más lejos.  Eso es – EXACTAMENTE – lo que está planteado en Venezuela.

Si Trump triunfa, el madurismo se irá al carajo y los chavistas retomarán el poder.  Si triunfa el madurismo, los rusos se embuchonarán de coltrán y mandarán al chavismo al carajo viejo.

Salga sapo o salga rana, perderán Venezuela y los venezolanos.  ¿Solución?  ¡La sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida!

 

 

Miami 28 de marzo de 2019

Robert Alonso

Robert Alonso Presenta

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