Mi padre se había jurado no regresar a su isla mientras estuviera bajo la bota del régimen castro-estalinista, sin embargo, en mayo del año 2000, temiendo su partida a la dimensión desde donde no se retorna, rompió su promesa y regresó a Cienfuegos.  Se hospedó en el Hotel Jagua, pero visitó “Korea”, el chalet que construyera en Punta Gorda en 1955, año en que naciera nuestra hermana María Conchita, hoy convertido en el hostal “Casa Piñeiro”.

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Nuestra antigua “Korea” hoy convertida en el hostal “Casa Piñeiro” en Punta Gorda

1402 Calle 41, Cienfuegos, Cuba

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En el ahora-hostal en lo que “la revolución” convirtió nuestro hogar en Punta Gorda, se alquila el supuesto-cuarto que  – según el hoy fallecido Piñeiro – le perteneció a nuestra hermana María Conchita, algo totalmente falso, porque su cuarto era otro.   La supuesta habitación de nuestra hermana se alquila en “La Casa Piñeiro” al doble del costo del resto de las habitaciones del hostal, alegándose que en la época de Batista, la habitación le perteneció a una famosa artista de Hollywood que había nacido en Cienfuegos.  Sus películas estan disponible, por una tarifa, en el hostal.

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Todavía, para el año 2000 en que nuestro padre se despidió para siempre de Cienfuegos, los cubanos no conocían la faceta “político-terrorista” de los hermanos Alonso.  Eso vino cuatro años más tarde con la “Operacion Daktari” (bautizada por el régimen de los Castro en Venezuela como “Operación Orión“, nombre impuesto a la película que el régimen produjo en 2017 sobre la “Operación Daktari“), en la que el régimen capturó a más de 150 combatientes alojados en nuestra finca, propiedad de la familia Alonso-Etcheverry, donde crecieron dos de nuestros hijos y nacieron los otros dos, la cual fue totalmente destruida y en ella se produjo “La Masacre de Daktari“, donde los esbirros de los Castro pasaron por las armas a todos nuestros empleados menos a uno.

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Más adelante, en el año 2017 ya muerto Chávez, los hermanos Alonso estuvimos muy activos aupando la sublevación de cientos de miles de venezolanos con la esperanza de deponer en Venezuela al régimen perverso de los Castro.

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Como todos nosotros, desde nuestro padre hasta la más pequeña de la familia, María Conchita (nacida en 1955), crecimos o comenzamos a crecer en el Cienfuegos Yacth Club.  Nuestro hermano Richín tenía 13 años, nuestra hermana 6 y yo 11 y  cuando nos tocó abandonar Cuba para siempre.    Richín se recibió de abogado en Venezuela y en ese país adoptivo María Conochita se hizo acreedora de fama como cantante en la América hispana :

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En 1971 la hermanita de 16 años fue electa en Lisboa (Portugal), Miss Princesita Mundial y cuatro años más tarde, representó a Venezuela en el concurso de Miss Mundo, celebrado en Londres, donde se ubicó entre las cinco finalistas.  Según ella, su pasión por los chocolates le hicieron perder la corona.

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Los concursos de belleza le sirvieron de trampolín para obtener contratos en numerosas novelas venezolanas y de ahí, en 1984, a la edad de 29 años debutó en Hollywood con la película “Moscú en Nueva York” (Moscow on the Hudson), como contrafigura de Robin Williams.  Desde entonces, la filmografía de nuestra hermana ha sido extensa, con papeles principales como el logrado en “The Running Man“, al lado de Arnold Schwazernegger de 1987.

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Rodolfito Hernández (quien muriera poco después de haberse reunido con nuestro padre en Cienfuegos) le recomendó no visitar las ruinas del Cienfuegos Yacth Club para evitar así una fuerte crisis emocional, pero él no podía irse de nuestra ciudad sin despedirse, para siempre, de su segundo hogar.

Nuestro club comenzó su camino a la destrucción desde que fuera expropiado a principios de 1960.  La “revolución” se las arrebató a “los ricos”, pero no se las dio a los “pobres”.  Pasarían 43 años para su restauración, generando una infraestructura elitesca para el disfrute de los pinchos, de los turistas extranjeros y de aquellos cubanos que pudieran darse el lujo de pagar sus entradas en dólares.

A continuación les publico las entrevistas que les hiciera hoy a dos grandes amigos cienfuegueros: Carlitos Leal (hijo del difunto Tony) y Rudy Bustamante, nuestro “Eterno Anfitrión” a quien le he dedicado un especial espacio en esta página:

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