No cabe la menor duda de que “mi” general es un extraordinario estratega y mejor analista político. Él sabe que La Guarimba no sirve, porque ese vocablo no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Es indudable que fue el primero de su promoción.
Para “mi” general, soy un assalariado de los Castro:
Mientras que para el G2 cubano soy un terrorista.
Es cuestión del diccionario…!!!
El problema con Chávez es que no buscó a La Guarimba en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, como hiciera “mi” general. Si Chávez se hubiera enterado de que ese vocablo NO ESTABA en el diccionario, no hubiera armado tanto lío ni hubiera amenazado a su plana mayor, como lo hizo, si permitía La Guarimba; ni hubierra arremetido contra sus oficiales y adláteres de la manera en que lo hizo: ¡del vicepresidente pa’bajo, pasando por sus ministros del interior y de defensa… fiscal general, jefes de sus policías, etc:
Otro que tampoco leyó el diccionario fue el General Rodríguez Torres, otro héroe que está siendo torturado en La Tumba. Si él hubiera descubierto que La Guarimba no estaba en las páginas del diccionario de la RAE, se hubiera ahorrado el discurso en cadena nacional, prometiéndoles a los estudiantes de tres a cinco “cosas” si dejaban La Guarimba.
Menos mal que por lo menos hubo un general estudioso que se enteró de la ineficiencia de La Guarimba, al descubrir que ese vocablo no estaba en las páginas del diccionario español. Al final “mi” general lo único que hizo fue el ridículo, cuando le dio un ultimatum para que los esbirros castristas se fueran de Venezuela y no logró ni hacer una marchita con serpentinas.
Esperemos que para la próxima Guarimba, a mi “general” no se le ocurra darnos una nueva lección de “castellano”, porque nos la chalequearía antes de comenzarla.
¡En fin!
Miami 26 de agosto de 2019