Ene 24, 2019 – Se me pararon los pelos. Acabo de escuchar en la radio que Rusia le advirtió a EE.UU., que no intervenga militarmente en Venezuela, para evitar un inmenso derramamiento de sangre. Una advertencia similar, aunque no tan dramática, ha hecho China. Por otro lado, Trump le advirtió a Cuba que no contribuya al mantenimiento de la dictadura en Venezuela, so pena de ser invadida por las fuerzas armadas estadounidenses. El juego parece que se está trancando peligrosamente, en detrimento de Venezuela y de los venezolanos.
Cuidado y la gracia no termine en una inmensa morisqueta y todo esto no finalice sobre la mesa de negociaciones, como terminó – LAMENTABLEMENTE – la “Crisis de los Misiles” en el año 1962, cuando los soviéticos instalaron en Cuba misiles con cabezas nucleares que hubieran podido haber desaparecido a las grandes ciudades de EE.UU., a excepción de Seattle, por estar fuera del entonces-alcance de los misiles soviéticos.
En octubre de 1962 tenía 12 años cumplidos. Muchísimos cubanos exiliados en Venezuela vendieron sus carros, renunciaron a sus trabajos y anularon sus contratos de arrendamiento, porque ERA MÁS QUE EVIDENTE que los días de Fidel Castro estaban contados. Prevaleció la política… la negociación, los acuerdos y las concesiones, lo que terminó atornillando a Castro en el poder eternamente, hasta que se murió tranquilamente en una cama, sin haber pagado por todos sus crímenes.
¿Qué está sucediendo hoy en Venezuela? Un escenario de “politización”. La guarandinga se está politizando: algo a lo cual siempre temí. Al parecer: ¡nadie intervendrá militarmente en Venezuela! ¿Entonces? ¿Cómo se resuelve el ENORME ARROZ CON MANGO? Bueeeeeee… como lo sugirió, hace unos días, Edgar Zambrano… tal vez oliéndose una salida como la que hoy se presenta.
La sublevación cívica por la vía de la Sampablera, le hubiera “matado el gallo en la mano” a la opción política. Un pueblo enardecido en todos los rincones de Venezuela le hubiera abierto las puertas a una intervención militar, sea de la ONU o de EE.UU., y en caliente: ¡y luego que “aquello” sangrara! Es imposible derrocar de cuajo a una narco-tiranía por la vía pacífica, democrática y constitucional: ¡imposible!
Maduro, tal vez bien asesorado, puso la bola en el campo de EE.UU. al romper relaciones diplomáticas entre “su gobierno” y el de Trump. Alguien tendrá que “montarse o encaramarse”. Pero cuando salen Rusia y China a advertirle a EE.UU. que no se le ocurra una opción como la de Panamá y Grenada: el juego se tranca y el escenario se politiza. ¿Consideraron Guaidó y sus asesores esa posibilidad? No lo sabemos. La politización del escenario, tal vez, fue “sin querer-queriendo”.
Es posible que no estemos frente a un “chamorrazo”. Tal vez estemos frente a un “guaidomazo”. Habría que esperar. Ya se habla de unas “elecciones anticipadas” que pudieran acordar “las partes”… con la excusa de evitar un inmenso derramamiento de sangre; dicen que anoche hubo 18 muertos. En esas elecciones anticipadas podría participar – y GANAR – un “candidato de consenso”, cómo lo fue en su momento para Nicaragua la Violeta Chamorro. ¿Quién sería ese candidado o candidata en Venezuela? ¿María Corina Machado? ¿Ramos Allup? ¿Leopoldo López? ¡No lo sabemos! De hecho… no sabemos si esas fulanas “elecciones anticipadas” se darían… “por ahora”: es tan solo una opción, pero de darse, sería un “resuelve” a corto plazo, que nada beneficiaría a Venezuela y a sus futuras generaciones.
La opción de la Sampablera está más vigente que nunca. El panorama hoy, está MUCHÍSIMO más confuso que ayer… e infinitamente más confuso que antes de ayer: ¡porque se politizó la guarandinga!
Miami 24 de enero de 2019
Robert Alonso