Feb 03, 2019 – Cada día que pasa, el panorama se va viendo más claro… indiferentemente del arroz con mango a nivel internacional. No cabe duda que al segundo de sacar a los Castro de Venezuela, ese país sentirá una inmensa mejoría… ¡una INDESCRIPTIBLE mejoría! ¿Cuánto durará esa mejoría? ¿Cuál sería, a la larga, el costo de esa mejoría? ¡Eso estaría por verse!
Hasta ahora hay CUATRO GRUPOS involucrados en el escenario interno, sin contar a los elementos externos:
- El chavismo representado por “los originarios”
- El madurismo – representado por los allegados a Maduro y sus enchufados
- La MUD (Frente Amplio Venezuela Libre) que está jugando para los dos bandos mencionados arriba
- Las fuerzas de la llamada “derecha” – representada por aquellos que no se incluyen en ninguno de los grupos de arriba. Yo, por supuesto, me incluyo en el cuarto grupo, el de las fuerzas de la llamada “derecha”.
Ahora se está viendo con mayor claridad el trabajo que venía haciendo el grupo del chavismo (“los originarios”) a través de los últimos años. La primera pieza de “los originarios” en caer defenestrada fue la ex fiscal, Luisa Ortega Díaz. El 15 de enero de 2018, cayó un importante activista del brazo armado de “los originarios”, Oscar Pérez, reclutado por el efectivo más importante castrense del chavismo: el General Miguel Eduardo Rodríguez Torres, quien fuera detenido el 13 de marzo de 2018.
“Los originarios” fueron captando voluntades dentro del tercer grupo y lograron reclutar a no pocos asambleístas de la tolda “opositora”, quienes SIEMPRE han cooperado con ambos regímenes, el chavista y el madurista, para evitar la añorada libertad en Venezuela. En tal sentido, le echaron la toalla a Chávez el 7 de marzo de 2004, neutralizando “La Guarimba” con la participación del ya-fallecido Pompeyo Márquez. Luego cuadraron a los líderes estudiantiles para desinflar La Guarimba del año 2014 y se sentaron en la mesa de “diálogo” para eliminar la sublevación de 2017.
El minúsculo grupo de “la derecha” se fue relegando hasta, prácticamente, desaparecer políticamente, aunque la inmensa mayoría de los venezolanos, sin saberlo, abraza lo que se supone sea el “derechismo”, que para los efectos es lo contrario al “socialismo”, al “madurismo”, al “chavismo” y al “descaradismo” de la otrora “Coordinadora Democrática”, que luego se convirtió en la MUD y hoy es el “Frente Amplio Venezuela Libre”. No debemos olvidar que hasta hace unos diítas, nada más, el grueso de los venezolanos no daba una locha por la MUD, los mudos: ¡ni por los diputados de la asamblea nacional! De repente todo cambió y apareció “El Salvador”, en la figura de Juan Guaidó.
Desde Ratonski hasta Leopoldo López, pasando por la inefable Lilian Tintori, entre muchos otros, todos se han cuidado de no atacar muy duro a Chávez. Nadie le pudo sacar a esos líderes la respuesta afirmativa en cuanto a que Hugo Chávez fuera un dictador: ¡nadie! En Colombia le preguntaron a Ratonski si lo era y éste respondió negativamente. Bayly lo intentó: ¡y nada! Bayly también lo intentó con Leopoldo… ¡y no tuvo éxito! Luego vimos todos – ASOMBRADOS – cómo la Tintori acusó a Maduro de haber destruido “el legado de Chávez”. Los “derechistas”, es decir: la inmensa mayoría de los venezolanos, se horrorizaron con aquella acusación de la Heidi venezolana.
Pero esa “derecha” no ha tenido cabida en el conducir político de Venezuela… y tal vez jamás la tuvo. Sin embargo, es hoy la imagen mundial del derechismo, Donald Trump, quien está a punto – ¡ESPEREMOS! – de liberar a Venezuela de las garras del IZQUIERDISMO MÁS ATROZ Y DESPIADADO. ¿Podría esa “derecha”, con la ayuda de Trump y una vez liberada Venezuela – si es que en definitiva se libera – tomar el control del “escenario de reconstrucción”?… lo veo bastante difícil. Muchos dicen que lo más importante ahora será salir de Maduro y que luego “ya veremos”. Parece que van a salir de Maduro: ¡aunque luego nadie vea un carajo!
Todo indica que al momento en que “los americanos” liberen a Venezuela – si es que terminan liberándola – el control lo asumirían “los originarios” y para eso contarían con la extraordinaria e importante ayuda, en el plano internacional, de uno de sus más importantes reclutas: ¡Luis Almagro!
Hace unos días, Almagro se reunió con una señora (o señorita) que se hará muy popular en Venezuela, de ser liberado ese país por las fuerzas armadas de Estados Unidos de América: Indira Urbaneja. Se trata de la mano derecha (y para muchos, la compañera sentimental) del hoy-detenido General Miguel Rodríguez Torres, socia – por cierto – del sinvergüenza que saqueó al IVSS: Carlos Rotondaro, uno de los sancionados por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
Según Luis Almagro, se reunió con la Urbaneja, representante (según Almagro) del “chavismo bolivariano” (de “los originarios”), porque expresó su compromiso con la solución pacífica de la crisis. Almagro también comentó la necesidad de incluir y reconocer al “chavismo democrático” (¿?) en el proceso de transición hacia la democracia y la paz en Venezuela. Vale decir, por cierto, que Indira Urbaneja se presenta como la coordinadora nacional del “Movimiento Desafío de Todos”, un grupo que se encuentra dentro del llamado “Frente Amplio Venezuela Libre”.
No sé si Uds. se acuerdan que fue el chavismo (y luego el madurismo), el que le entregó Venezuela a los Castro, para su total depredación y destrucción. Que fue el chavismo el que se cansó de matar estudiantes y de torturar a los detenidos por la DISIP-SEBÍN. Claro, la memoria de la inmensa mayoría de los venezolanos es tremendamente corta y es muy probable que ya no se acuerden. No existe tal cosa como el “chavismo democrático”. El que lo quiera comprar: ¡que lo compre! El chavismo, como el madurismo, siempre fue dictatorial… ¡tiránico! El chavismo fue genocida, destructor, traidor, apátrida… exactamente como lo ha sido el madurismo.
En el medio de esos dos “ismos”, están los que hoy se disponen, CON LA AYUDA DEL DERECHISTA DONALD TRUMP, a liberar a Venezuela del mal que ellos ayudaron a fomentar Y A MANTENER.
Dios ampare a la pobre Venezuela: ¡Y A LOS VENEZOLANOS!
Miami 3 de febrero de 2019
Robert Alonso