28 Mar, 2019 – A raíz de la Masacre de Miraflores, el 11 de abril de 2002, me hice acompañar por tres expertos en revueltas civiles, entre ellos un general de división ya retirado para entonces. Nos reunimos “clandestinamente” en el Centro Comercial El Marqués. Allí nació la segunda versión de lo que se conocía durante la dictablanda del General Marcos Pérez Jiménez como “La Guarimba”, vocablo éste emanado de uno de los tantos dialectos caribes de épocas pre-colombinas, que significa “refugio”: ¡no barricada!
Para mayor información al respecto, les sugiero que visiten el capítulo que sobre “La Guarimba” incluí en mi libro – publicado en 2009 – titulado “Cómo se Perdió Venezuela”. (ISBN 978–0–578–02245–1).
Un Refrito
Al instante en que escuché a Juan Guaidó hablar sobre “La Marcha Hacia Miraflores”, me transporté al año 2007, cuando el comunista infiltrado en las filas de aquel fulano “Comando Nacional de la Resistencia” – Hermann Escarrá – se lanzó con el cuento chino de “La Marcha Sin Retorno”, que tanto critiqué en su momento y que tantos insultos y hasta amenazas, me produjeron. Escarrá, a quien desde el primer momento denuncié como infiltrado comunista en las filas de la oposición, sostenía que había que organizar una gran marcha hacia el Palacio de Miraflores, a sabiendas de que sería una masacre:
La Masacre
El régimen – a través de su ficha, Escarra – promovió una marcha hacia el Palacio de Miraflores, que de haberse dado, hubiera producido cualquier cantidad de muertos y mutilados. Hubiera sido mucho peor que la que sufrieron los venezolanos el 11 de abril de 2002, masacre que pasó a la historia con el nefasto título de “La Masacre de Miraflores”, en la cual casi 20 venezolanos perdieron sus vidas y muchos quedaron mutilados por las balas de aquel régimen que los estaba esperando… ¡madrugando!
Ahora, Guaidó les propone a sus seguidores un refrito de aquel plan macabro y habla sobre la necesidad de tomar las calles escampadas, donde no hay refugio, para recuperar el palacio de gobierno. Hace años que ese palacio está más que protegido. Los cubanos castristas deben de tener más planes que las letras del abecedario chino.
Manual del Guerrillero
Ernesto – “Che” – Guevara escribió un “Manual del Guerrillero”. La primera parte del folleto (porque no llegó a la categoría de “libro”), trataba sobre el guerrillero de la montaña, de la selva. La segunda parte: sobre la guerrilla urbana. En esa parte advierte que NO PUEDEN SER TOMADAS LAS CALLES ESCAMPADAS.
Las “calles escampadas”, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, son aquellas que se muestran descubiertas, sin tropiezos, sin malezas ni espesuras. En otras palabras, son calles, espacios o terrenos que no ofrecen refugio. “NO DEBEN TOMARSE LAS CALLES ESCAMPADAS”, según el genocida que fue en vida el “Che” Guevara, quien se aburrió de fusilar cubanos desde su sede en “La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña”, de La Habana.
¿Qué experiencia pudiera tener Juan Guaidó como para conducir a decenas de miles de sus seguidores, por calles escampadas, en dirección al Palacio de Miraflores? En esa marcha que él sugiere, debería de hacerse acompañar, en primera fila… por su esposa y por su pequeña hija… en señal de seguridad, tal y como hiciera el día en que tomó posesión como presidente de la fulana Asamblea Nacional Bolivariana de Venezuela.
Regalando Tiempo
Además de la mencionada marcha a Miraflores, Guaidó promovió el toque de cacerolas cada vez que se vaya la luz o el agua. ¡Los venezolanos se quedarán mancos! De aquí en adelante, no serán “apagones”: ¡serán alumbrones! La estrategia es más vieja que sentarse agachado.
En adición a toda este “plan”, Guaidó advierte que hay que organizarse. ¿Organizarse cómo? Amenazó con enviar a todos aquellos “líderes” que estaban con él montados en la tarima, robando cámara… como Manuel Rosales, Omar Barboza, Henrique Capriles, Henry Ramos Allup, Stalin González, Edgar Zambrano, Miguel Pizarro, etc… recorrerán todo el país nacional tocando puertas y llenando planillas, para saber cuáles son los venezolanos que están resteados con su epopeya. ¡Ya lo saben!
¿Cuánto tiempo llevará ese censo nacional? ¿Meses? Mientras tanto ya comenzaron a llegar los chinos.
La Sampablera
La opción sigue siendo la PARALIZACIÓN GENERALIZADA Y SOSTENIDA de Venezuela. Esa paralización puede lograrse a través de una combinación de Guarimba con Carrazo… de manera segura e incruenta, evitando la confrontación y, sobre todo: ¡el desplazamiento más allá de 50 metros del frente de sus viviendas!
Imagínense. Guaidó quiere que decenas de miles se desplacen hacia el Palacio de Miraflores, cuando lo correcto es NO DESPLAZARSE más allá de 50 metros de sus respectivas viviendas, hogares… refugios: ¡guarimbas!
Ahora sí veo mal a Venezuela. Si en lugar de haber escogido votar y votar, sin condiciones… como enajenados mentales, se hubieran sublevado de manera GENERALIZADA Y SOSTENIDA, mediante La Guarimba y El Carrazo, ya Uds. serían libres… pero esperaron demasiado. Ahora les costará mucho, muchísimo más.
Llamado a la Comunidad Internacional
¿Qué se logra con la paralización GENERALIZADA Y SOSTENIDA de Venezuela? ¡Se logra mucho! Una paralización GENERALIZADA Y SOSTENIDA afectaría los intereses de la Comunidad Internacional. Dispararía los precios del crudo a niveles insostenibles, entre muchas otras cosas indeseables para la economía regional… y hasta mundial. Creo que todo está bastante bien explicado en el video de apertura de este trabajo que hoy les traigo gratuitamente.
Tiene que ser Generalizada
Pero esa sublevación tiene que ser GENERALIZADA, de lo contrario no funcionará. Eso lo podemos escuchar de boca del periodista Pablo Gato, quien ha estado en casi todos los conflictos civiles y bélicos del planeta durante décadas y, en especial, durante la llamada “Primavera Árabe”. Con el liderazgo que todavía le queda a Guaidó… antes de que lo pierda todo, podría convocar la sublevación en los términos que he mencionado.
En 2007 recibimos un informe de la CIA donde nos alertaan sobre la infiltración de Hermann Escarrá y el Teniente Coronel Iván Ballesteros… y de cómo Chávez había cuadrado a Henrique Capriles para que fuera el “gallo tapado” (candidato chimbo) de las elecciones a realizarse CINCO AÑOS MÁS TARDE: ¡en 2012!
No confronten
En la medida de lo posible: ¡no deben confrontar! Aquellos jóvenes que sientan deseos de salir a confrontar con las hordas del régimen: ¡que se abstengan! Esa no es parte de la estrategia. La estrategia es “picar y huir”, como hicieron los elementos del Vietcong en la Guerra de Vietnam, donde sus guarimbas eran grandes túneles en el medio de la selva, desde donde salían para atacar columnas de soldados estadounidenses, ocasionar algunas bajas y huir lo antes posible – SIN CONFRONTAR – hacia sus túneles: ¡sus guarimbas! Así, los del Vietcong lograron derrotar, con chopos y armamento de quinta generación, al aparato bélico más poderoso del mundo.
La moral alta
No deben morir ni ser mutilados. En el caso de producirse alguna muerte, NO DEBEN PROPAGARLA A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES. Eso merma la moral necesaria para seguir en la sacrificada lucha por la liberación de Venezuela. Esperemos que periodistas como Jaime Bayly entiendan que NO DEBEN DARLE PUBLICIDAD A LOS CAÍDOS. En EEUU está terminantemente prohibido publicar, siquiera, ataúdes cubiertos con banderas de EE.UU., que sugiere que dentro de ellos hay soldados que murieron en batalla. Eso lo sabe Bayly, porque se lo expliqué muy claramente, en su cara… “en vivo y en directo”.
Resistan
Resistan de verdad-verdad. La resistencia no es retórica. La resistencia es una estrategia de lucha, especialmente cuando la guerra es asimétrica. Tendrán que sacrificarse. Pasarán, tal vez, hambre y sed… pero si se sacrifican: ¡serán libres!
No escuchen a los falsos opositores
Si escuchan a los falsos opositores, como los venezolanos escucharon el 7 de marzo de 2004 al comunista infiltrado en “La Coordinadora Democrática”, Pompeyo Márquez, perderán todo el esfuerzo… ¡todo el sacrificio!
Paralicen a Venezuela de rabo a cabo, de manera GENERALIZADA Y SOSTENIDA y verán cómo interviene la fulana “Comunidad Internacional”: ¡llámenla o no la llamen!
Miami 28 de marzo de 2019