La Biblia de Robert Alonso
Capítulo I
1 En un principio no había nada. 2 Tuvo que existir un Ente Creador que muchos han llamado con diferentes nombres. 3 La mente humana y los conocimientos científicos de la humanidad no han podido explicar con exactitud la existencia y el origen de la Creación, en consecuencia, se han originado múltiples explicaciones que muchos llaman religión y otros: mitología. 4 Debido a que el ser humano es pensante, nos hemos convertido en seres religiosos por excelencia.
5 Debido a la necesidad mental de no morir, hemos creado fábulas en cuanto a una supuesta vida eterna: una vida espiritual tras morir materialmente. 6 En consecuencia, hemos creado la existencia de un cuerpo material, que muere y un alma que vive eternamente. 7 Muchos consideran que el alma reencarna en otros cuerpos materiales y así se va purificando (¿?). 8 Hasta ahora, nada de eso está probado científicamente, por lo tanto: es imposible determinar – con certeza – la existencia del “alma eterna“. 9 Hasta ahora nadie ha regresado de la muerte.
10 Las religiones están diseñadas para intentar explicar el sentido de la vida y el destino de la muerte. 11 En ese proceso explicativo, las religiones han servido para controlar grandes contingentes de creyentes y, en muchos casos, para enriquecer y generar poder a quienes se dicen conocedores de ellas.
Capítulo II
1 El sentido común y las reglas de convivencia de cada sociedad indican que debe haber un orden preestablecido para lograr esa convivencia, de lo contrario se implantaría la anarquía; de ahí la necesidad que han tenido las diversas culturas, a través de los siglos, de crear religiones e inventar dioses.
2 El “punto de venta” más exitoso ha sido el concepto de “la vida eterna”, donde los seres humanos, después de morir físicamente (materialmente), seguiremos viviendo eternamente. 3 Para reforzar ese concepto, muchas culturas han creado el concepto “premio-castigo”. 4 Si has vivido correctamente, de acuerdo con las reglas y preceptos de cada religión: vivirás eternamente en algo que llaman cielo. 5 Si, por el contrario, violamos esas reglas o preceptos, sufriremos el castigo eterno en algo que muchos conocemos como infierno. 6 Sin embargo, no hay evidencias científicas en cuanto a la existencia de lo que entendemos como cielo o a lo que entendemos como infierno.
Capítulo III
1 Estos son los mandamientos a observar para convivir en paz con uno mismo, con nuestro entorno y con la sociedad en la que nos desarrollamos como seres humanos pensantes.
- Amarás a tu familia y a tus vecinos como a ti mismo.
- No matarás a menos que te veas obligado a defender tu vida, la de los tuyos, la de otros, tus bienes y la libertad de tu patria.
- Observarás las normas de convivencia respetando la moral y la ética de tu cultura.
- No robarás.
- No mentirás.
- No desearás los bienes de terceros, respetando el sagrado derecho a la propiedad privada bien-habida.
- No traficarás ni promocionarás substancias dañinas.
- No promocionarás los abortos de seres humanos a partir del mismo momento de su concepción.
- No maltratarás a los animales.
- No traicionarás o le serás infiel a tu pareja, a tu familia, a tus vecinos o a tus socios.
- No explotarás a tus empleados.
- No perjudicarás a otros para lograr beneficio propio.
- Respetarás la libre expresión de los demás.
- Observarás las leyes promulgadas en los países donde vivas, a menos que entiendas que son leyes que violen la constitución de dichos países.
- Defenderás el derecho a la vida, al libre tránsito y a la libertad plena de pensamiento.
- No serás tramposo.
- Serás responsable por el bienestar de tu familia.
- No te endeudarás indebidamente.
- Responderás por tus propias faltas. Nadie serás culpable por las faltas que otros cometan.
- Asumirás la plena y total responsabilidad de tus actos.
- Comerás y beberás de todo, siempre y cuando sepas que no te hará daño.
- Seguirás los consejos de tu médico para mejorar tu salud o para evitar que la misma empeore y te sentirás libre de solicitar una segunda o tercera opinión.
- De estar en tus posibilidades, ayudarás a otros que estén en peores situaciones que tú.
- No serás usurero.
- Ayudarás a tus vecinos en la medida en que puedas hacerlo.
- Entenderás que tus derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás.
- Combatirás el adoctrinamiento.
- Combatirás las dictaduras y tiranías.
- Tratarás de ser feliz y en la medida posible: ¡hacer feliz a los demás que te rodean!
- Dale a quien te ofende o traiciona: ¡una segunda oportunidad! (¡Solamente una SEGUNDA!)
- Enseñarás a tus hijos a vivir bajo estos mandamientos.
- Evitarás hacerte daño o a hacerles daño a los demás.
- Dirás lo que sientes o pienses, a pesar de saber que muchos no estarán de acuerdo contigo.
- Evitarás a contribuir con los daños a la ecología: ¡no botes bolsas plásticas en las playas!
- Participarás, en lo posible, en el mejoramiento de tu comunidad inmediata.
Capítulo IV
1 Como no sabemos qué podemos esperar después de nuestra muerte, debemos aceptar que al morir se nos “borrará el disco duro”. 2 Seremos recordados por mucho o poco tiempo, por lo que hicimos o dejamos de hacer mientras estábamos vivos. 3 Una vez que dejemos la vida, debemos entender que “hasta ahí nos llevó el río”. 4 En tal sentido, mientras podamos, observemos estos mandamientos. 5 Si los observamos debida y honestamente y resulta que hay vida después de la muerte: ¡seremos gratificados!
6 De faltar a nuestros mandamientos, debemos intentar rectificar honestamente, sin engaños… sin doble moral.
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Miami 3 de octubre de 2021
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