Frijol no revienta…!!!

Hace ya días que me vienen mandándo mensajes “amenazantes”.  Entre ayer y hoy se destapa un individuo con acento venezolano; dice ser fanático de Trump, adorador de Cristo quien al mismo tiempo odia a los indios y a los negros… a quienes, según, él: ¡habría que matarlos a todos!

Su cuenta en Twitter, con 144 seguidores, está saturada con alabanzas “al único líder”, “a quien debería de ser nuestro presidente…!” (¿?), “¡Robert Alonso… “El Guarimbero Mayor”, es decir: ¡yo!

Detesta a los homosexuales y a los mariguanero, a quienes – como a los negros y a los indios – habría que matarlos a todos (sic).

Se identificó como “funcionario del gobierno federal estadounidense”.

Siendo las 8:42 de la noche (hora Miami), después de preguntarme (¿capciosamente?) si yo amaba mi vida, me ofreció dos opciones y para decidirme: me otorgó un breve lapso de dos horas.

1 – O me doy de baja de todas las formas de redes sociales: emails, YouTube, Instagram, Twitter, portales, blogs y Facebook.  ¡Na’guará!

2 – O me demandará por conspiración, difamación, injuria, intento de homicidio y por maldecir a “La Mamá de Tarzán”.

Como dirían los llaneros: “frijol no revienta”.  Para cuando publique esta página, habrán pasado las fulanas dos horas.

Ese ultimatum me recordó a un general que le dio a los cubanos narco-castro-estalinistas 15 días para abandonar, pacíficamente, a Venezuela.  Eso fue en el año 2014… ya yo estaba fuera del país para entonces, pero tengo entendido – no sé si estaré equivocado – que los HDLGP de los cubanos narco-castro-estalinistas no abandonaron Venezuela: ¡más bien llegaron más!

Ahora… muchos venezolanos creen que EE.UU. es un país de comiquitas y que cualquiera demanda a cualquiera por cualquier cosa.  Están más pelados que rodilla de chivo.

En abril de 2013 aprendí la lección.  Un cubano, supuestamente opositor, me amenazó de muerte desde su cuenta de correo electrónico.  Tal vez no tenía idea de lo que es un IP… o tal vez estaba borracho, porque parece que era cañero; digo que “era”, porque al poco tiempo de sus amenazas, murió.

Fui a la policía de Coral Gables, donde – para entonces – vivía.  Allá me tomaron la denuncia y fueron hasta mi casa para constatar la amenaza y tomar debida cuenta del “rastro electrónico”.  Me dieron un número de caso y me asignaron a un detective… pero me recomendaron que fuera al FBI y así lo hice.

Al final del día, o como dirían los nicas: “a la hora de la hora”, no pasó absolutamente nada.  Ni le pararon bola a la denuncia.  Claro, tampoco me morí, como es evidente y probatorio por el hecho que estoy hoy publicando esta página.

A esos que viven amenazándome con demandas y demás yerbas aromáticas, les recomiendo, nada más, que vean el video de arriba.

Por otro lado, ya hubo uno que me advirtió que se trata de un G2 cubano.  No lo creo.  El G2 cubano NO ES CHIMBO.  Este es un zocotroco que tiene ínfulas de “agente secreto” y no llega ni a fiscal de tránsito con la cartuchera vacía… pero me divertí horrores vacilándomelo.

 

 

Por cierto.  Si me demandan, yo pudiera compartir los honorarios del abogado demandante.

Miami 7 de septiembre de 2019

Robert Alonso

Robert Alonso Presenta

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