Lo que sigue es el Capítulo 31 del libro de Robert Alonso, “Los Evangélicos”, ISBN 84-220-1188-8 publicado en Caracas, Venezuela en el año 1998.
Quienquiera que haya hecho este malsano montaje “bíblico”, jamás contó con que miles de años más tarde, el mundo contaría con una herramienta llamada “Internet”, que nos proporcionaría la opción de “buscar” (“search”) en las redes sociales cualquier texto que haya sido publicado. Fue así como pudimos corroborar el malintencionado montaje, publicado en el Nuevo Testamento con la intención de engañar a los infelices creyentes.
