¡ Algo Está Sucediendo !

Quienes me conocen a fondo, saben que deploro, con furia, eso que mientan la “teoría de la conspiración”; saben que deploro las elucubraciones, que siempre son festinadas y sin base alguna. Desde hace más de 40 años me enseñaron que nada es “por casualidad”, pero que hay que probar – fehacientemente y más allá de toda duda – la información que se les pasa a nuestros superiores.

Sin embargo, siendo humano – como es lógico – no estoy exento de dudar… de hacerme preguntas que, a mi juicio: ¡son pertinentes!

Comenzaré por decir que jamás creí que habíamos vencido a los “soviéticos”. La URSS, para mí, “mutó” en lo que otrora fue: Rusia. Simplemente se deshicieron de unas cuantas “repúblicas satélites” improductivas o problemática.

Mientras tanto, la China COMUNISTA fue creciendo bajo la mascarilla del “capitalismo”; mientras su inmensa población seguía bajo la bota marxista y, dentro del “capitalismo”, se convirtió siguió siendo un miserable conglomerado de esclavos. En el año 2008, cuando explotó la llamada “burbuja” en EE.UU., los trabajadores chinos ganaban (en promedio) unos $ 80 mensuales… claro: mucho más de lo que ganaban  los cubanos y los venezolanos, lo que no significa o significaba un carajo.

Gracias a esas miserables e infrahumanas condiciones contractuales de los trabajadores chinos, muchas empresas estadounidenses (y del mundo), aprovecharon esa esclavitud para con los infelices trabajadores chinos y mudaron sus empresas a China.

Los chinos, vendiendo porquería a muy bajos precios, inundaron el mercado mundial de cachivaches.  Un importante porcentaje de lo que Wal-Mart, por ejemplo, les ofrece a sus clientes, les llega de la China comunista y esclavista.  Todos estábamos muy felices.

Mientras China crecía, “capitalísticamente”, Rusia no se quedaba atrás. Hecha la “toche”, (la pendeja), también se fortalecía.  Irán, por su parte, se apertrechaba con el uranio que desde – por lo menos –  el año 2003 está explotando y exportando de Venezuela.  Rusia y China también hicieron (y siguen haciendo) su agosto en Venezuela. Me consta, más allá de toda duda, que EE.UU. – en el año 2003 – sabía que la Isla de Margarita estaba tomada, virtual y totalmente, por el Hezbollah. ¡No hizo un carajo!

 

 

Recuerdo que mi padre – que Dios me lo guarde en su Gloria – siempre decía que los presidentes “americanos“, se ponían unos lentes (espejuelos) de presbicia, durante cuatro u ocho años, para ver de lejos.  Si el problema se agravaba: “el presidente que viniera atrás… ¡que arreara!”  En otras palabras: ¡que corriera la arruga!  ¿Será que ya no pueden correr más la arruga y llegaron “al llegadero“?

Por otro lado, ell narcotráfico creció exponencialmente a una velocidad mayor a la del fulano coronavirus… y EE.UU. no hacía un carajo.

No que me lo crean, porque – a decir la verdad – no cuento con las pruebas, “más allá de toda duda”, pero me parece que ahora la bomba le ha explotado a EE.UU. en la cara.

Mientras una cuerda de ANORMALOS, ANORMALAS, IMBÉCILOS e IMBÉCILAS estaban entretenidos con el HDLGP de Juan Guaidó y el cuento-chino de la “presidencia interina” (¡que es un cuento-chino!), dentro de un régimen narco-castro-estalinista como Venezuela, Donald Trump, cual comemierda, financiaba – fuertemente – a los socialistas de la llamada “oposición venezolana”. Pero mientras tanto y más allá de ese apoyo internacional, promovido por EE.UU., los chinos, los rusos, los cubanos y los iraníes, seguían explotando a Venezuela.  Se llevaban sus riquezas:  su crudo, su oro y, entre otras cosas que sabemos durante muchos años: ¡su uranio!

Entonces apareció el “coronavirus” para darle un suspiro importante a los enemigos del mundo libre. ¿Quién lo produjo? ¿Se trata de un virus “manipulado”? Es demasiado temprano para saberlo.  Sin embargo, como he dicho y escrito en muchas oportunidades, todavía me quedan colegas muy ligado a las agencias de inteligencia de EE.UU., luego de haber “colaborado” con ellas durante casi medio siglo.

No les voy decir que mis colegas saben mucho. Hay un IMPRESIONANTE hermetismo en torno al drama por el cual transita la humanidad toda en estos momentos, pero sí hay fuertes indicios de que “algo está sucediendo”.

En el video de arriba vemos a un tren “infitino“, transportando vehículos bélicos estadounidenses. ¿Para qué? ¿Hacia dónde fueron esos vehículos? Yo, particularmente, no los he visto en las calles de Miami. ¿Alguien sabe hacia dónde fueron? Hay unos cuantos – ¡unos pocos! – en la ciudad de Nueva York: ¿y el resto?

No podemos olvidarnos de que antes del brote del coronavirus, Trump le enfiló los cañones a China y que las relaciones con Rusia no estaban del todo bien. Hay indicios.

Hace unos días me enviaron ese video, que se ha hecho viral, sobre un fulano tren que ha recorrido varios estados de la Unión.

Como es lógico, no podemos esperar que el gobierno de Trump nos diga todo lo que está sucediendo en realidad. Incluso: ¡sería irresponsable! Pero sin duda alguna: ¡algo está sucediendo!

La devastación de esta crisis no arrojará, en su mayoría, un resultado ecológico ni de salud pública. El grueso del daño será económico, como ya lo estamos viendo. El daño económico conlleva a un daño político: ¡de poder geopolítico! ¿Se está preparando EE.UU. para paliar esos daños “colaterales”? Si desean que les responda, tendría que jurarles que no lo sé.  Lo que sí sé… o presiento, es que algo está sucediendo”.

 

 

Miami, 24 de marzo de 2020

Robert Alonso

Robert Alonso Presenta

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