Algo perverso debe haber en una gran cantidad de venezolanos como para ADORAR a los Castro y a la fulana “revolución cubana“. Desde 1959, cuando Fidel Castro llegó al poder en Cuba, floreció en Venezuela un exagerado amor por el castro-estalinismo internacional. Ese incomprendido amor continuó Y HA CONTINUADO hasta el día de hoy, 13 de febrero de 2019. Uno de los líderes venezolanos que más ADORÓ a Fidel Castro fue Carlos Andrés Pérez, quien firmó un acuerdo con Castro para, supuestamente: “reunificar a las familias cubanas que vivían en Venezuela”.
El pacto sirvió para inundar a Venezuela de agentes castristas. Llegó Luis Herrera y “honró” el fulano pacto. Quien suscribe fue nombrado “comisionado presidencial” para representar al gobierno venezolano ante el mencionado acuerdo diplomático. A los meses, le sugerí al presidente Herrera que eliminara el acuerdo y echara de Venezuela a una gran cantidad de cubanos que, al final del cuento: ¡eran infiltrados!
Fue durante ese período que los Castro captaron a una gran cantidad de jóvenes, quienes fueron invitados a Cuba para ser adoctrinados. Entre los tantos jóvenes venezolanos que fueron a adoctrinarse a la isla castrista, estuvieron Adán Chávez y Nicolás Maduro. Ese fue el génesis de la destrucción de Venezuela.
Pasaron los años y la penetración “idealista” castro-estalinista continuó. Además de los “socialistoides” adecos y copeyanos, hubo mucha penetración por parte del MAS (Movimiento al Socialismo) y por parte de grupos menos importantes como Bandera Roja y la Causa R. Poco a poco los Castro – CON LA NECESARIA AYUDA DE MUCHOS VENEZOLANOS INFLUYENTES – lograron penetrar cada instancia de la sociedad venezolana: ¡incluyendo a las fuerzas armadas y a la iglesia católica!
En 1980, cuando nació Stalin González, el segundo vicepresidente de la asamblea nacional (“opositora”), muchos, muchísimos venezolanos abrazaban la “ideología” castro-estalinistas. Ocho años después nació Miguel Pizarro, un resentido social que se crió en un paupérrimo barrio marginal de Caracas, en una familia MARXISTA-LENINISTA, amante y devota de los Castro y de la “revolución cubana“. Era una nueva generación de “nángaras” que estaba engendrando a la futura generación de “progresistas”, que es como ahora se hacen llamar los comunistas.
Hace unas horas reventó una noticia en la que se asegura que Stalin González declaró: “… hasta con los cubanos podemos convenir cosas y ofrecerles una normalización de relaciones”. Uno no puede entender cómo puede haber un solo venezolano que quiera transigir con los Castro. Por más que intento entender tal aberración, se me hace total y absolutamente imposible entender. No es un secreto de estado que quienes han ocupado, depredado y destruido a Venezuela, han sido los Castro; han destruido millones de familia, el futuro de los jóvenes venezolanos y de las próximas generaciones y echado al exilio a millones: ¡y estos HDLGP tienen las “boluntades” de mencionar una “normalización de relaciones” con esos monstruos!
Cuando sumamos esas declaraciones del segundo vicepresidente de la asamblea nacional a otras incongruencias que nos han llegado del lado directo de Juan Guaidó, el presidente constitucional interino de Venezuela, se nos paran los pelos.
La reacción a las declaraciones del fulano Stalin no se hizo esperar:
Tengo el inmenso honor de haber sido EL PRIMERO que les advirtió en cuanto al tal Guaidó y su combo… cuando la inmensa mayoría de los venezolanos – ¡hombre y mujer! – le hubiera querido dar un hijo. Falta poco para que lo detesten como jamás han detestado a político alguno. Claro, siempre quedarán los IMBÉCILOS, las IMBÉCILAS, los ANORMALOS y las ANORMALAS en estado de total negación, que insistirán en adorarlo… como siempre hay quien adore “Al Flaco”, HDLGP, de Henrique Capriles Ratonski.
Estoy acostumbrado a los insultos y a las amenazas. En el año 2000 les aseguré que Arias Cárdenas era un “gallo tapado” de Chávez. En 2006 les aseguré lo mismo de Manuel Rosales y volví a hacerlo en 2007 con Ratonski, quien ya había sido escogido – CINCO AÑOS ANTES – para “confrontar” a Chávez en el año 2012. Una catarata de insultos aguanté cuando les aseguré que Hermann Escarrá era un comunista infiltrado en el “Comando Nacional de la Resistencia“, así que ya estoy acostumbrado a esa guarandinga.
Cuando se den el “culazo reglamentario“, una vez más: tal vez uno que otro venezolano se digne a reconocer que quien no se equivocó es éste que hoy suscribe.
Miami 13 de febrero de 2019
Robert Alonso
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